El pitazo final en el Cilindro de Avellaneda dejó un eco de frustración y una sensación de déjà vu. Esta vez, el equipo de Gustavo Costas no pudo en casa con el aguerrido Independiente Rivadavia, empató 0-0 y comienza a ver lejanas sus chances de obtener un cupo a copas internacionales por la vía de la tabla anual, o siquiera de clasificar a la fase final del Torneo Clausura. La igualdad de este lunes por la undécima fecha dejó al descubierto, una vez más, la estrategia del club: apostar todo a un solo número, el de la gloria continental.
Tal y como sucedió en la exitosa campaña de 2024 que culminó con la obtención de la Copa Sudamericana, la apuesta de Racing parece ser un título internacional. Esta vez, la ilusión de cortar con 58 años de sequía en la Copa Libertadores tiene al equipo relegado en sus aspiraciones por competir en el tramo final del fútbol argentino.
El empate ante la “Lepra” mendocina no cayó de casualidad: Gustavo Costas optó por un equipo casi totalmente suplente (solo mantuvo a Cambeses como titular habitual) hecho que muestra las intenciones del entrenador con la vista más puesta en la serie de semifinales de la Copa Libertadores contra Flamengo, lo que complica seriamente las aspiraciones en el torneo local y aleja a La Academia de los puestos de vanguardia.
El presente en la liga doméstica contrasta fuertemente con la ilusionante campaña en el máximo certamen continental. Con este 0-0, Racing queda con 12 puntos tras 11 fechas del Clausura, en la tabla anual suma 40 puntos, lo que lo hace perder el puesto de ingreso a la Copa Sudamericana por ahora, quedando por detrás –al menos momentáneamente– de Barracas Central, que ocupa ese lugar.
Mientras en el torneo local los puntos se escapan, en la Copa Libertadores Racing es el único representante argentino que sigue en carrera y se encuentra en las semifinales, producto de haber liderado su grupo con 13 puntos en 6 partidos y de haber dejado en el camino a Peñarol y a Vélez, en octavos y cuartos respectivamente.
Ahora el equipo de Costas se prepara para una histórica serie frente al poderoso Flamengo de Brasil, con el partido de ida programado para el 22 de octubre en el mítico Maracaná y la vuelta el 29 en un Cilindro que se espera sea un hervidero.
La hinchada de Racing vive una dualidad constante. Por un lado, la impaciencia por los resultados adversos en el día a día del fútbol argentino; por otro, la esperanza renovada de conquistar América después de más de medio siglo.
La estrategia es arriesgada y el camino, incierto. El cuerpo técnico y los jugadores han decidido transitar por la senda más difícil, pero también la que promete la recompensa más grande. La pregunta que resuena en Avellaneda es si el sacrificio del presente valdrá la pena para alcanzar una gloria que ha sido esquiva desde 1967.













